miércoles, 27 de abril de 2016

Poesias

La mujer del balcón

Su mirada se perdía en la distancia, la silueta del barco se distinguía a lo lejos, como una sombra, como una nube, que avanzaba por el quieto mar.
Su estela, que marcaba el camino, que dejaba atrás, se iba diluyendo, con el suave movimiento de la marea y el oleaje, que cubría la cubierta del mar.

Se encontraba de temprano en el balcón, apenas sus hombres cubiertos por un delgado chal, pero su cuerpo, no sentía el frío de la mañana, sólo su alma, iba sintiendo el frío del abandono.
A medida que el barco se alejaba, su corazón palpitaba furiosamente, como queriendo salir y volar del pecho, en busca del encuentro de su amado,

Como retenerlo, si ni sus palabras, ni su tristeza habían bastado.
Él le dijo, en balbuceante tono, que volvería, que lo esperara, que el marcaría el camino de retorno, por donde se marchaba, pero ella temía, que no regresara, porque el oleaje y la marea, borraban la estela, que el barco dejaba.

Rodolfo Marangunic Miranda

Con el hijo de su sobrina, mostrando su diseño de la Mujer del Balcón, realizado con conchas

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